sábado, 5 de enero de 2008

Al Qaeda aniquila el Dakar

En la mañana de ayer se confirmaban los peores augurios. La noticia de la suspensión del Rally Lisboa-Dakar sacudía el panorama internacional del deporte. Las amenazas terroristas del grupo vinculado a Al Qaeda en el Magreb, sobre el paso de la caravana por Mauritania, provocaron el triste desenlace. Unos canallas sin escrúpulos se salen con la suya e imposibilitan así que el mítico rally pueda llegar a su 30 cumpleaños. El atentado mortal contra cuatro turistas franceses el pasado día 24 y el hecho de que ocho de las quince etapas de esta edición transcurrieran por Mauritania han sido los detonantes para tomar la drástica decisión de suspender la carrera por falta de seguridad. La prueba siempre había contado en sus años de historia con amenazas terroristas provenientes de beduinos o del Frente Polisario que, como mucho, acarrearon la suspensión de alguna etapa. Lo que vivimos ahora va mucho más allá.


Una auténtica lástima por varios motivos. Primero, por la profunda decepción en la organización y los pilotos al ver frustrado un año entero de trabajo con todas las consecuencias que conlleva. Las pérdidas económicas se antojan enormes. Sobre todo para los equipos aficionados que se han dejado los ahorros y tendrán que devolver dinero a los patrocinadores. En segundo lugar, por los países africanos. El Dakar trae muchos beneficios a las naciones por donde pasa, tanto en atracción turística como en ayudas a los más necesitados. Existe un programa dentro de la organización llamado “El Dakar Solidario” que permitía llevar alimentos a la población de Mauritania, Marruecos o Senegal. Ellos serán los que más sufran este alivio económico que les llegaba cada mes de enero.


Y el tercer y más trascendente motivo. Todo hace indicar que este será el triste final de la mítica prueba. Muchos de los que forman parte de la familia de esta legendaria competición tenían fe en que la suspensión de este año no supusiera el entierro definitivo de la carrera. Sin embargo, desde la organización se apunta a que habrá que buscar nuevos horizontes. La emoción y la pasión del rally-raid abandonarán África para probablemente acabar en Sudamérica. Pero el espíritu, ese aire mítico que envuelve al Dakar, se quedará en el recuerdo de ver a la leyenda viva Stephane Peterhansel (seis veces campeón en motos y tres en coches), o nuestros españoles vencedores como Nani Roma o Marc Coma, volar con sus vehículos por las dunas del desierto. El Dakar nació como lo que es una aventura apasionante. Un piloto francés, Thierry Sabine, se perdió en el desierto y quiso ver convertida su experiencia en el rally más duro del mundo. Una aventura que nos arrebatan unos indeseables que se creen dueños y señores del planeta. El Dakar muere contra un muro insalvable. Sólo quedará el polvo y la arena.


4 comentarios:

Javier Coloma dijo...

Con la suspensión del Dakar no solo muere este deporte, sino las libertades de todos y cada uno de nosotros, y somos incapaces de luchar por ellas.

Yo habría seguido adelante. Solo por orgullo y por luchar por lo que es justo. Si por las amenazas terroristas fuera... en este país no saldríamos a la calle, sin embargo no nos dejamos asustar por unos indeseables que no deberían influir en el desarrollo de nuestras actividades. La organización, a mi entender, muy mal, ni siquiera se consultó a los pilotos.

Jorge MJ dijo...

Es cierto que es una guarrada y que puede significar el fin de este mítico rally, pero creo que hay cosas innegociables, y la seguridad es una de ellas. Y en nuestras propias carnes hemos vivido no hace tanto que las amenazas de esta gentuza no quedan simplemente en eso.

J.Blanco dijo...

Es sin duda una decepción para todos. Y Javi, seguro que para la organización más que para nadie. Los pilotos han respaldado en todo momento a la dirección del rally y como al igual que Jorge, pienso que la seguridad de las personas es lo primero.
No merece la pena llorar ni una sola muerte por una simple competición deportiva, aunque en este caso como dice José, el Dakar es mucho más que eso. Un abrazo a todos y nos vemos pasado máñana.

Javier Coloma dijo...

Entiendo perfectamente que un deporte no merece la vida de nadie. Pero en mi opinión no se trata solo del deporte, sino de nuestras libertades,

Empezaremos con el Dakar, después será una vuelta ciclista, y acabará siendo un mundial, o la Superbowl. Ya hemos visto como basta una simple llamada a un estadio para desalojarlo y echar a perder una competición.

Entiendo que las medidas de seguridad en el Dakar son especiales proque es dificilmente establecer un sistema policial eficiente, pero esto, sin duda, supone un precedente peligroso.