jueves, 17 de enero de 2008

La rebelión de los pobres

La mejor primera parte de la temporada madridista. Un Mallorca que dejó jugar. Un Madrid sin pegada, por una vez. Y muerto a la contra.


El partido nos sorprendió por varios frentes. El primero comandado por un Schuster que, pese a estar obligado a marcar, decidió sacar un Madrid sin Van Nistelroy ni Robinho y dar entrada a Saviola y Drenthe. El otro surgió ya en batalla, con un local que a los 5 minutos ya mandaba en el juego, y que a los quince protagonizaba un asedio indiscriminado fallando dos ocasiones claras. Saviola hacía gala de su inocencia en varias ocasiones, tarda en cargar la pierna más de lo necesario. Higuaín estuvo más que serio, llevaba peligro en cada balón que sus pies solicitaban, pero se encontró un Fernando Navarro muy entonado que salía al quite en cada aproximación. Por si fuera poco enemigo, a él se aliaba la poca templanza cara a puerta del argentino.

Al Mallorca, por su parte, se le veía pasar más frío que el propio de Madrid por estas fechas. Temblaba en cada acometida blanca. Ni Arango, "madridófago" de profesión, ni Trejo creaban el mínimo peligro en la portería madridista. Para colmo, Guti era el que espera la parroquia blanca: Ordenaba, mandaba, se paraba y templaba pero todo iba a parar a la defensa isleña. Esa es la única forma de ganar en el Bernabéu. Si te comportas como una bestia te acaban pegando un tiro, pero con el disfraz de princesa el rival cree que te conquistará en secreto. El camino, por tanto, lo encontraba el Mallorca dándole el balón al Madrid y esperando en tres cuartos de campo.

Los minutos transcurrían y los roles no cambiaban. El Madrid apretaba el cuello de los baleares y estos trataban de tomar aire en cada balón extraviado a la grada. Una de las mejores primeras partes de toda la temporada madridsta, y se iban con un triste 0-0 al descanso.

El guión era el mismo en la segunda, pero el Madrid ya renqueaba en algunas fases. Hay equipos a los que, en cuestión de minutos, se les apaga la luz y se les vuelve a encender, y en el Madrid, curiosamente, coincide con las ráfagas de Guti. Pase luminoso a Salgado, que cede a un Van Nistelroy recién salido por Saviola, y el balón muere en la línea de fondo.

Una y otra vez el Madrid atacaba, pero el barco naufragaba en un mar de piernas. Semejante atolladero necesitaba de alguien que abriera las aguas de ese Mar Rojo que era el área del Mallorca, y el Moisés de Schuster era Robinho del que nadie duda ya, que tras cargar un año entero con los diez mil mandamientos de Capello, con el alemán es un ente libre que te resuelve este tipo de partidos. El brasileño, sin embargo, salía poco enchufado y apenas dio sensación de peligro en un par de ocasiones que chocaban en la muralla del Mallorca, que cada cinco minutos daba un paso atrás en el campo, y uno adelante en el partido.

A falta de 10 minutos el Madrid necesitaba un gol, por lo que el equipo se vino definitivamente arriba, tener a tiro al Mallorca ya no bastaba, era el momento de matarlo. Pero como pasa siempre en estas cosas, si tardas en cazar tu presa se te acaba escapando, como si te obcecas en marcar te descuidas en defensa. Tanto es así, que lo que era un Ministerio de Defensa bien armado, se convirtió en segundos en una República Bananera. Pase de Varela meteórico, medido al pie para Ibagaza, la providencia sentenció que quien fusilara al Madrid fueras un ex-atlético, y con un toque sutil elevó el balón por encima de Dudek y sumergió al rival en el infierno.

Al Madrid le visitó Hacienda y pagó sus deudas de tantos y tantos partidos ganando así, tal como perdió. Jugó bien, dominó, mandó de principio a fin, tuvo mil oportunidades, y acabó perdiendo. Por una vez la suerte y la pegada no estuvieron de su lado, y perdieron un partido que guardaban en el bolsillo desde el minuto uno. Por una vez, decía, pero el día no era el acertado. En Copa, que pierdes y te vas a casa. Por una vez, el Madrid extravió su suerte. Por una vez, Peter Pan, decidió visitar a los niños de los barrios pobres, y un polvo mágico cubrió al Mallorca de Gloria. Y volaron.

2 comentarios:

Fran dijo...

Curioso final y bonito artículo Javi. Ya echaba yo de menos al cronista de moda...

- Estoy de acuerdo contigo en el papel de Guti que lo hizo muy bien. En desacuerdo con lo de Higuain, como comenté en el artículo anterior, me parece un patán.

- Me ha hecho mucha gracia lo de la visita de Hacienda.

- Fuera del artículo, Coloma, como no tengo tu móvil, te digo por aquí que no has puesto pronóstico en la porra. Lo dejaste en blanco. Si quieres dime uno por aqui o por mail o como quieras. No puedes poner ya ni 2-2, 1-3, 1-1, 0-2 ni 1-2.

Suerte a todos!

Javier Coloma dijo...

Pocos resultados me quedan la verdad: Ponme un 2-1 para el Atleti, aunque solo sea por paliar la posible depresión de perder el derby, como madridista que soy.

Respecto a lo primero, también pienso que Higuaín es un patán, pero trato de suevizarlo para que, en el mundo real, cuando esto lo lean más lectores, no hiera sensibilidades.