domingo, 20 de enero de 2008

Los colchones son blancos

ATLÉTICO DE MADRID 0 - REAL MADRID 2

Un gol tempranero de Raúl enmudeció el Calderón. Pepe recayó de su lesión y tuvo que ser sustituido a los once minutos. Casillas y la pegada del Madrid fueron de nuevo decisivos. El Atlético bajó los brazos tras el descanso.
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Manuel Morillas

Comparecía el Atlético ilusionado, porque este año se gusta y se lo cree, ha alcanzado un lugar en la clasificación digno de su peso histórico y aunque ya no tiene al niño Torres, tiene a otro con la misma jeta y descaro, pero absuelto de la presión que recaía sobre aquel. El Madrid, venía de caer en Copa ante el Mallorca; un palo que duele menos pero que no deja de ser un palo. Era la ocasión propicia para que el Atleti diese esa alegría -casi utópica ya- para sus aficionados: ganar al Madrid. Y digo bien, casi utópica, porque cuando se es del pupas se sabe que tarde o temprano la fortuna te va a abandonar, te va dar la espalda. Es inútil mendigar al cielo: el cenizo acaba apareciendo una y otra vez.

El caso es que ayer el cenizo apareció muy pronto. Fue una especie de venganza colectiva. Si en el Bernabeu fue Agüero quien marcaba a los 56 segundos, esta vez el turno fue para Raúl, obcecado con dar quebraderos de cabeza a Luis Aragonés. A los 31 segundos recibía un balón robado por Robinho, muy rápido ante el fallo de Pablo, metía el pie y batía a Abbiati, robándole a Agüero el récord y al Atlético la ilusión.

Los rojiblancos no tenían otra opción que atacar y lo intentaban por las bandas, con Maxi, Simao o Antonio López, creando sensación de dominio en un partido frenético, de ida y vuelta. El Madrid, cómodo por el resultado, metía miedo a la contra y recordaba que en cualquier momento podía llegar otro picotazo, esta vez mortal.

Agüero y Forlán tenían las ocasiones más claras. Pero no era su día, era el día del de siempre: el señor Don Presunto mejor portero del mundo y sus amuletos, o lo que es lo mismo: sus palos. El de Móstoles, empeñado en demostrar que los porteros también merecen balones de oro, siguió con su particular campaña de autopromoción salvando un trallazo de Forlán o estirándose para atajar un balón rematado por el Kun, que se adelantó a la defensa para rematar con intención una falta botada por Antonio López. En el minuto 27, Motta, que demostró que a los gorditos se les necesita más en Milán que en Madrid, remataba al larguero confirmando que el calificativo de pupas no fue un capricho de algún pesimista aburrido, sino el fiel reflejo del desigual reparto de suerte en el mundo. Más tarde era Agüero quien sufría más de lo mismo rematando otro balón al larguero: hay leyendas de las que cuesta trabajo escaquearse.


El Madrid, que es un equipo que ahoga pero no aprieta, no avisó más. Sneijder botó un córner y Pablo, que de saberlo no se hubiera levantado de la cama ayer, volvió a fallar como en el primer gol. Esta vez dejó volar el balón cómodamente para que Van Nistelrooy, celador de guardia en porterías rivales, sólo tuviese que practicar su afición favorita: rematar a gol. El Atlético, como aturdido, siguió por inercia intentando acercarse a la ermita de Casillas. Así, tras hilvanar una buena jugada se plantó allí, pero “el santo” dejó claro a Antonio López que él no defrauda a sus fieles: hace milagros y bendice balones.

Tras el descanso el Atlético no parecía reaccionar. Lo intentaba pero no con el peligro que en la primera mitad. El cambio de Reyes por Simao no fue de gran ayuda, lo que ha dejado de ser novedad. El Madrid no tenía la posesión pero ganaba entereza en el centro del campo con Gago, Guti y Sneijder. El holandés mejoró respecto a partidos anteriores. Estuvo voluntarioso, ofreciéndose y llegando con peligro al área atlética, pero le faltó algo, no sabemos si suerte o convicción, pero sus disparos se toparon con Abbiati o se marcharon fuera.

No necesitó el Madrid mucho más, el Atlético atacaba como por obligación moral y sin la más mínima fe en remontar el resultado. Aguirre ponía muecas en el banquillo, pero lo cierto es que tampoco hizo mucho por darle la vuelta a la situación. Los cambios de Luis García por Motta o Cléber Santana por Maxi no sirvieron para nada, el Atlético ya había abandonado. Agüero, el mejor colchonero ayer, volvía a intentarlo, pero debió de olvidar que otros –léase El Niño- ya tuvieron que cambiar de equipo para conseguirlo.

Pudo el Madrid dar la puntilla si Robinho hubiese afinado la puntería tras no entenderse Eller y Abbiati ante un centro de Raúl, pero los blancos ni quisieron ni se esforzaron en hacer sangre. Ya habían hecho bastante pupa.

El Madrid suma ya ocho años sin perder el derbi y deja claro que esta temporada los únicos colchones que hay son blancos. Concretamente, de siete puntos sobre el Barça y de trece sobre los del Manzanares. Ya les decía: hay leyendas de las que cuesta escaquearse.

8 comentarios:

Javier Coloma dijo...

Sabía que esta crónica la ibas a hacer tú, y he querido ser el primero en leerla.

Una visión muy acertada el llevar el argumento hacia "el pupas" del atleti. No hay mejor definición para este partido (dos palos, casillas, un gol al principio, un mal dia de la defensa... y todo el mismo dia).

Sube el nivel de este blog, que cada dia tiene mas cronistas.

Fran dijo...

Grande Manu, muy grande. Son de los textos que no aburren y que gusta leerlos. No se si os ponéis de acuerdo previamente en ver quien escribe la crónica, pero coincido con Javi en el nivel de todos vosotros, oh cronistas míos...

Como no, aprovecho este espacio para felicitar a los señores Guillermo Sanz y Francisco Martín (¡oh dioses, pero si soy yo!) por acertar la porra doble de este derby. Nos repartiremos con mucho gusto vuestra gallineja amigos.

Un abrazo, os veo mañana en el santuario blanco.

Iberian Proteus dijo...

Enhorabuena Manuel, solo falta que los medios generales se fijen en vuesas mercedes y dejen de una vez en el paro a tanto tunante desagradecido con canas hasta en los pies.

Abrazos.

Jorge MJ dijo...

Gran crónica Manu, enhorabuena. Describe a la perfección todo lo que pasó anoche en el Calderón.

Del partido, pues se cumplió lo que muchos pensábamos antes de disputarse, el Atlético achuchando y el Madrid ganando. Hubo 20 minutos del primer tiempo en que lo pasamos mal, pero el resto del partido, sobre todo durante el segundo tiempo, el trabajo defensivo del Madrid fue ejemplar, buscando el 3º a la contra.

Un par de apuntes más:

1 - ¿Por qué Schuster forzó a Pepe? ¿Merecía la pena arriesgar así cuando el propio jugador carecía de confianza?

2 - Cómo celebro que Reyes se fuese del Madrid. Si el año pasado demostró poco vestido de blanco, con la rojiblanca está demostrando aún menos.

J.Blanco dijo...

Me gusta tu cróncia Manu y no puedo replicarte nada porque son datos objetivos. El Madrid tuvo lo que le faltó al Atlético: pegada y un porterazo.

Sólo un pero, has caído en un topicazo. Lo del "pupas" aunque no deje de ser verdad, es un tópico que deberíamos desterrar. Puede quizás que sea más un deseo que un deber periodístico. Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy bien, cada día más cerca de Roncero... :P

Anónimo dijo...

Muy bien don manuel¡¡¡ te ha salido muy bien aunque se notan los colores, especialmente por lo de pupas, algo que este año se lo llevo de pleno el valencia.
Vas progresando pequeño roncero
Chema

Anónimo dijo...

Atlético = Nueve paquetes con ojos y dos que igual tendrian algun minuto en el REAL MADRID, Agüero y Forlán.

Real Madrid = El rodillo blanco,la apisonadora de Chamartín, once fieras que perforan toda red a la vista.

Por cierto, el italiano Abiatti, ¿es un portero o un sicario albano-kosovar? vaya careto...