viernes, 4 de enero de 2008

Villarreal 2 – Las Palmas 1. Adiós a la Copa con buenas sensaciones

Se acabó la Copa del Rey para la Unión Deportiva Las Palmas. Una Copa que este año se antojaba incómoda para el actual colista de Segunda A. La cita en El Madrigal llegaba como mero trámite tras el rotundo resultado del encuentro de ida, 2-4. Pellegrini, técnico del Villarreal, se tomaba en serio el choque al no convocar a ningún jugador del filial, poniendo en liza sobre el césped castellonense a casi todas sus mejores bazas. Su homólogo Juan Manuel Rodríguez, dejaba en la isla a las piezas más importantes del equipo de cara al trascendental choque del domingo frente al Elche. Los suplentes y canteranos canarios tendrían la oportunidad de agradar en un estadio que, hasta no hace demasiado, albergaba unas semifinales de la Champions League. Con todo esto, la vuelta de dieciseisavos de final se presentaba como una quimera para la Unión Deportiva.

Pronto las previsiones pesimistas empezarían a desaparecer. Las Palmas, plagada de canteranos en el once, comenzó descarada, valiente, con el balón a ras de suelo y apostando por el toque. El Villarreal, con muchos titulares, parecía dormido en la fría tarde noche levantina. Pronto las combinaciones de los azules (la coincidencia de colores hizo que Las Palmas jugara de celeste y blanco, en honor a uno de sus equipos fundadores) llegarían a buen puerto. En el minuto 10, un pase largo al hueco en la banda izquierda de Ruymán dejaba solo a Sergio Suárez en un claro fallo de marcaje de su par, el ex del Liverpool Josemi. El joven medio se internó en el área y aguantando de manera magistral a Diego López, que finalmente cayó hacia el palo largo, dejando libre el hueco que aprovecharía Sergio, con el exterior de su diestra, para poner el 0-1 en el marcador. La calidad del gemelo canario, su hermano Francis también actúa en la primera plantilla, queda de manifiesto con el interés de Lendoiro en llevárselo este verano al Depor, aprovechando una cláusula entre ambos equipos fijada para condonar la deuda isleña con los gallegos.

El Villarreal quedó aturdido y la leve esperanza de milagro en forma de remontada se instaló en los canarios. En el 20, un córner botado por Carlos Merino casi acaba en el 0-2. Un desajuste defensivo de los locales propició que Ruymán entrase desde atrás pero su cabezazo, en posición franca, salió lamiendo el travesaño. Todo quedó en un susto para los de Pellegrini pero los canarios no se rindieron. Con el criterio de Merino, exquisito organizador criado en la cantera de Lezama, el fútbol es más fácil. Siempre buscando al compañero mejor situado y sin complicarse la vida. Pide a gritos la titularidad. El “Submarino Amarillo” tuvo su oportunidad en el único fallo de la defensa visitante que dejó un pasillo, aprovechado por Rossi, para encarar a Santamaría, respondiendo éste con una mano milagrosa.
Antes del descanso, habría tiempo para una falta con peligro para los grancanarios en la que David González casi sorprende a Diego López mandando el esférico por el exterior de la barrera, muy cerca del poste.

En la segunda mitad el Villarreal salió a morder. Pellegrini leyó la cartilla a los suyos y al poco de empezar dio entrada a Marcos Senna y a Guille Franco en busca de más control en el mediocampo y más pólvora arriba tras un primer tiempo gris del danés Tomasson. El dominio pasó a ser castellonense pero la Unión Deportiva no se daba por vencida, buscando el contraataque con velocidad tras la inclusión del rapidísimo asturiano Adrián Colunga. En una de esas contras llegaría otra ocasión canaria con una internada por la izquierda que acabaría en un pase al centro del área que David González, algo forzado, no aprovechó al optar por el disparo y no ver a su compañero Adrián, a su derecha sin marca.

Con el paso de los minutos el Villarreal pisaba el acelerador y emergió la figura de Roberto Santamaría. El joven portero visitante, habitual tercero en la plantilla, se lució con dos grandes paradas. La primera con el pie en un libre directo de Senna y la segunda en una felina estirada a lanzamiento de Cani. En el minuto 69 caería la resistencia canaria. Un centro, casi en la misma línea de fondo, de Josemi lo cabecearía con violencia Giusseppe Rossi al fondo de las mallas. La ejecución del ariete cedido por el Manchester United reflejaba las distancias entre el cuarto clasificado de Primera y el colista de Segunda: Rossi fue a por el cuero desde atrás como un obús y el defensa Juanpa saltó de espaldas y con miedo. El empate parecía que dejaba a ambos equipos contentos: los de Pellegrini ya no consideraban el 1-1 como algo de lo que avergonzarse y los grancanarios, tras la sacudida, veían las tablas positivas reflejando su buena actuación en El Madrigal. Los minutos finales siguieron dejando destellos de calidad de los jóvenes valores isleños y algún que otro acercamiento local. El partido agonizaba en el minuto 91 cuando el fútbol fue cruel una vez más, como lo fue la misma noche con el Denia o el Alicante. Un balón largo, sin aparente peligro, de Marcos Senna cayó del cielo en el área canaria y ahí, David García, el mejor de la defensa, erró en un despeje que se convirtió en un regalo de reyes para Guille Franco que fusiló sin piedad a Santamaría. Como se suele decir, a perro flaco todo son pulgas.
Un triste final que no debe empañar la buena imagen ofrecida sobre el tapiz de El Madrigal. Optimismo que debe refrendarse este domingo en el Estadio de Gran Canaria ante el Elche, en un partido que trae de regreso a la realidad a la Unión Deportiva. Tres puntos vitales que sirvan para creer firmemente en que se puede salir del pozo. Hay equipo. La cantera ha vuelto a dejar grandes sensaciones y los fichajes invernales ya están aquí: Cristian Fernández y Samuel del Racing de Santander, y los argentinos Teté González y el Vasco Azconzábal son los elegidos para reforzar una plantilla que debe apelar a la heroica y sacar fuerzas de donde las haya para alcanzar la permanencia.

1 comentario:

Javier Coloma dijo...

Y no queda ni un solo segunda en la Copa del Rey, probablemente, fruto de "cargarse" el partido unico que revitalizó, aunque sea, mínimamente la copa.

Vuelta a la realidad, como bien dices, tanto para Las Palmas, como para el Hércules, que sucumbió en San Mamés. Una lástima.