jueves, 20 de marzo de 2008

Este Geta no tiene techo

Racing de Santander 1 - 1 Getafe
Los azulones repiten final de Copa del Rey. El polémico gol de Casquero permitió respirar al Getafe. El Racing asedió todo el partido el marco de Ustari. La expulsión de Óscar Serrano, clave.

Unos abarrotados Campos de Sport del Sardinero presentaban sus mejores galas. Los aficionados racinguistas soñaban con la primera final de Copa en 95 años de historia del club montañés. La empresa no era fácil ya que el Getafe hizo los deberes en el Coliseum y se trajo una renta de 3-1. El partido comenzó previsible: un Racing en tromba se comía a los de Michael Laudrup desde el primer minuto. El guión de Marcelino era claro: abrir el campo para hacer daño con las internadas de Óscar Serrano por la izquierda y las diagonales que trazaba desde la diestra Jorge López. Suculento menú aderezado con la movilidad en punta de Munitis y del congoleño Tchité.

A los 6 minutos Jorge López botaba un córner en corto que dio paso a una jugada de estrategia en la banda derecha con varias combinaciones para que el propio interior riojano la pusiera rasa y fuerte al área chica. Allí, desde atrás, entró como un obús Pedro Munitis para rematar sin oposición y batir a un vendido Óscar Ustari. Despiste tremendo de la zaga azulona que permitió al pequeño cántabro llevar el éxtasis al Sardinero. La cara del joven arquero argentino del Geta era todo un poema, "la que se me viene encima" pensaría Osky. Y vaya si tenía razón. El conjunto azulón no hilvanaba ni una jugada, no daba ni tres pases seguidos. El Racing tenía a su presa cercada, lista para volver a hincarle el diente y devorarla sin piedad.


No se estaba viendo sobre el tapiz santanderino al Getafe de siempre pero en apenas tres minutos metían el miedo en el cuerpo con tres ocasiones claras de manera consecutiva: Uche, Braulio y Belenguer dieron un golpe sobre la mesa en una partida que hasta entonces sólo tenía color verdiblanco. El de anoche no era lugar para cobardes y enseguida los locales sacaron su corazón y sus agallas en busca del segundo gol. Así Ustari sacó con el pie un remate a bocajarro de Jorge López, y la pesadilla de los madrileños, el rapídisimo Mohamed Tchité erró clamorosamente un golpeo franco en el corazón del área. El asistente, cómo no, Óscar Serrano, un puñal por la siniestra que jugaba con una marioneta llamada Cosmin Contra. El descanso llegaba con un claro dominador pero con una sensación en el racinguismo: ¿no estaban perdonando demasiado? Hasta ocho ocasiones de peligro reflejaban la realidad.

Y, ¿cómo podía empezar el segundo acto? Con una nueva oportunidad marrada por el Racing. Esta vez Gonzalo Colsa se dormía dentro del área y Ustari llegaba a tiempo para estorbarle y provocar el error del mediocentro cántabro. En apenas seis minutos Laudrup sorprendía arriesgando con dos cambios que agotaban el cupo de sustituciones (ya había salido Gavilán en la primera mitad por el lesionado Pablo): Javi Casquero y el charrúa Albín salían a escena desconociendo que se convertirían en protagonistas de la acción polémica de la contienda. Los de Marcelino seguían a lo suyo: Tchité se sacaba de la chistera un toque sutil que salía lamiendo la cepa del poste y Serrano disparaba duro y abajo para encontrarse con los guantes de Ustari.

Coincidiendo con un respiro en las oleadas racinguistas llegaba un cambio con dos lecturas: el técnico sacaba del terreno de juego al pequeño de estatura pero coloso de corazón: Pedro Munitis. Es cierto que el 10 estaba desfondado pero en batallas como estas existen soldados imprescindibles que te dan algo más. El Geta se sacudía poco a poco el dominio ante un Racing que empezaba a mostrar síntomas de cansancio. Emergía entonces la figura de un maduro de 20 años: Esteban Granero. El "Pirata" volvía al equipo y aguantaba el cuero como nadie, permitía respirar a los azulones en los malos momentos. En el minuto 28 provocaba la primera amarilla de Serrano. Y dos más tarde, lanzaba un contragolpe peligrosísimo que el propio Serrano cortaba de raíz con una dura entrada. Al mejor del Racing hasta el momento se le cruzaron los cables: dejaba a su equipo con diez innecesariamente. Demasiada losa para los suyos.

La escuadra de Laudrup se adueñó del esférico y empezó a tocar con su fabuloso mediocampo. Casquero, Celestini, De la Red, Granero y Gavilán buscaban a Uche. A los 35 minutos el nigeriano tenía el balón en la banda izquierda frente a Ezequiel Garay. El central argentino caía al césped en una mala postura y se lesionaba. Uche se daba cuenta y pedía rápidamente a Albín que echara fuera la pelota, pero el uruguayo avanzó hacia el área rival y vio cómo entraba solo más a la derecha Casquero. El de Talavera controló, ingresó en la zona de castigo y fusiló al meta suizo Fabio Coltorti con uno de sus clásicos trallazos. Mazazo y polémica. Amago de tángana de los racinguistas que se fueron a por Albín y el autor del gol. ¿Cuándo habrá una solución para este tipo de situaciones?





Apenas diez minutos le quedaban a los jabatos de Marcelino. Ya a la desesperada el Racing quiso ganar el partido pero lo cierto es que el Geta perdonó la vida a la contra con dos mano a mano de Gavilán y Uche.





Muñiz Fernández decretó el final de un espectacular partido y se desvaneció definitivamente el sueño que tenía entregada a toda Santander, a toda Cantabria. Ejemplar el curso liguero y copero del Racing. Así como el esfuerzo en este encuentro ante una afición de matrícula de honor. El Getafe sufrió de lo lindo, bendecido por la diosa Fortuna, pero también demostró oficio para salir de los peores momentos bajo la batuta de un enorme Granero. Bien en Liga, descomunal en UEFA y otro año en la final de Copa. ¿Dónde está el techo del Geta?






2 comentarios:

Willy dijo...

Si señor, buena crónica canaria. Me ha gustado el enfoque y el toque que le das. Si tengo que poner una pega, y es en general, es que quizá sea demasiado larga. Sería bueno que aunque tengamos un espacio ilimitado, nos autoimpongamos uno, ya que en las publicaciones se vive simpre con ese condicionante.

Aunque yo también debería aplicarme el cuento. Aún así, gracias josé por seguir animando el blog con tus crónicas.

PD: de la del gran canaria no te comento nada poruqe no ví el partido.

J.Blanco dijo...

Gracias José por impulsar el blog durante las vacaciones. Imagino que será un esfuerzo renunciar a la playita por escribir unos parrafitos. Por cierto date un bañito por mi.

Mis comentarios: No sé que pensaréis vosotros pero yo estoy con Casquero al cien por cien. Basta ya de desperdiciar ocasiones de gol. Esto pasa por abusar de la picardía. Además me pregunto porque estas cosas prácticamente solo pasan en España.

Otra cosilla: José no has comentado lo más bonito del encuentro. Cuando el árbitro pitó el final del partido, las hinchadas de ambos equipos se intercambiaron bufandas, abrazos y buena suerte para el futuro. Todo lo contrario de lo que pasó con los jugadores de camino al vestuario.

Mi enhorabuena desde aquí a las dos aficiones. Un 10 para ellas. Supieron ganar y supieron perder. Que cunda el ejemplo.