domingo, 30 de marzo de 2008

“Resistiré” para remontar

Edú lidera una gesta que vale una permanencia. Un partido con dos partes absolutamente diferentes. Odonkor por fin es clave saliendo desde el banco. El Barça dilapida sus opciones de ganar la Liga.


Se dice que hay que luchar los 90 minutos para ganar un partido, y es que nuestro periodismo deportivo está lleno de “topicazos”. Pero cierto, es. Y más en un estadio donde pase lo que pase, caigan las botellas que caigan, y sufran las sanciones que sufran, ve como partido a partido sus preciosas gradas se visten con un traje verde de más de 50000 aficionados.


Y ahí va otro tópico: los partidos se pueden ganar en el descanso. No le falta razón si alguien se aventura a señalar que el señor Chaparro conseguiría motivar incluso al desaparecido Ronaldinho. Desconocemos que canción utilizó para convertir una banda que era vapuleada por el Barça por un rodillo que aplastó al todopoderoso equipo culé, pero el resultado fue espectacular.


Mucho luchó la cúpula bética por jugar en el Ruiz de Lopera, digno de elogiar, y es que anoche se demostró que el estadio verdiblanco gana partidos, seguramente en La Cartuja o en el Calderón tras recibir el segundo gol se hubiera muerto el partido, pero no en el “antro bético”.


El choque comenzaba con lógica, el mejor dominaba el partido. Las estadísticas (que son eso, estadísticas) eran muy significativas, el 70 % de la posesión pertenecía al conjunto de la ciudad condal. Iniesta, Xavi y compañía campaban a sus anchas por el terreno de juego, espacios por doquier, pues se notaba y mucho la ausencia de Arzu en el centro del campo verdiblanco, hoy por hoy insustituible, Juande hacía lo que podía. Muchas llegadas blaugranas y en una de estas Etoo dispara al larguero, pero el “crio” Bojan recoge el rechace y bate a Casto. Todo de cara para los azulgrana. Iniesta la liaba como quería, y en el 16 asiste a Etto, que cabecea ante la tardía salida del meta extremeño, que no estuvo muy acertado.


Mil y una oportunidades tuvo el Barça para rematar el partido, pero se llegó al descanso con 2 a 0 y gracias. El Betis salía vivo, aun quedaba algo de esperanza, aunque fuera en a mente de un necio.


Descanso. Y comienzo de un nuevo partido. Chaparro entonó el “resistiré”, convenció a los jugadores de lo bonita de la misión, de lo épico que podía ser, y Edú se erigió, como no, en el responsable de llevar a cabo tal hazaña.


Y llega el momento decisivo del choque. Minuto 52. Entran “la bala” Odonkor y el creativo Sobis, en lugar de un voluntarioso Mark González y un desaparecido Capi. 10 minutos más tarde el brasileño ponía el balón en el corazón del área, sabiendo de la capacidad del mejor rematador de cabeza de la Liga, Edú. Valdés nada pudo hacer, comenzaba la remontada.


Estaba el partido para Odonkor, así como suena, tal cual. Ni estaba ni se le esparaba, pero apareció el alemán. Corría más que nadie, para desgracia de Abidal, que perseguía sombras. Y en una de sus internadas, Abidal cometió un absurdo penalti sobra Odonkor. El penalti lo lanzó el mejor, el crack, pero con mucho miedo, y Valdés lo detuvo sin necesidad de hacer una gran intervención. La gente recordaría aquel fatídico partido del curso pasado contra el Atleti en el que se fallaron dos penaltis por parte de los béticos en este mismo estadio. Más algo ha cambiado. En la jugada siguiente se produce un saque de banda, la jugada más simple de defender de este deporte, sin duda. El balón para Juanito, que controla con el pecho y marca el gol de su vida para convertirse en el segundo defensa más goleador de la historia, por detrás de Gordillo.


Pero el protagonista de la noche era otro. Uno de los mejores jugadores de la Liga, Edú. No se “comió” la cabeza mucho con el penalti fallado, y en el 77 metió un gol de antología, ras quebrar a Thuram y colar el esférico en la escuadra derecha de la portería de Valdés.


Así se llegó al final de esta segunda parte, este segundo partido de la noche. Delirio verdiblanco, dulce locura, enorme carisma, noche para recordar, para contarle a los niños en un último intento de inculcar los bellos valores de este deporte, la lucha hasta el final, la fe, la garra, la esperanza. Enfrente el dinero, la fama, la cultura del despropósito. Y como hablaba de tópicos, acabaré con otro, porque es verdad que 90 minutos en el Ruiz de Lopera son “Molto longo”. Mucho más si enfrente tienes a un jugador como Edú, un crack, un profesional que desde ayer dejó de ser mortal para convertirse en el Dios de la permanencia.

1 comentario:

J.Blanco dijo...

Musho Betis la verdad. Yo estaba viendo el partido en casa con mi padre y durante la primera parte hasta sentía vergüenza ajena del Betis. Minuto 16, 0-2 y baile de juego y ocasiones por parte del equipo culé. Parecía que con poquito que hiciera el Barça se iba a imponer por 0-4 o 0-5.

Pero apareció Edú para alegría de los merengones y levantó al equipo. La verdad es que el resurgir de los béticos recordó mucho al partido contra el Madrid en el Ruiz de Lopera. Empuje e ímpetu, remontada y fiesta verdiblanca. Enhorabuena a los béticos que prácticamente dicen adiós a Segunda división.

Disfruta Véliz. Además como te gusta, sin grandes alardes técnicos, pero con la figura presente de "San Gennaro". Con ganas, intensidad y lucha todo es posible. Un abrazo