lunes, 17 de diciembre de 2007

El Arsenal con paso firme a por la Premier

El derbi londinense que se vivió ayer en el Fly Emirates demostró, una vez más, la intensidad, la tensión, el vigor y el espectáculo de una Premier que jornada a jornada demuestra que tiene un nivel por encima de otras ligas europeas. Fue un choque de estilos. Poder contra poder. Al juego de control, de toque de los Gunners le tocaba enfrentarse con el fútbol directo, el más tradicional de todos los estilos. Al estilo inglés que el Chelsea atesora con tan buenos resultados de un lustro a este tiempo. Y pese a la ausencia de Drogba, que hace que el equipo baje sus enteros, Almunia tuvo que esmerarse para mantener su portería a cero y convertirse en el mejor del partido.

El choque comenzó con un dominio territorial del Arsenal, pero sin grandes ocasiones, el conjunto de Wegner tocaba y tocaba el balón, pero el Chelsea, encerrado atrás amenazaba con salir a la contra como alma que lleva al diablo. Y tras varios acercamientos de la segunda línea de los cañoneros, que Flamini y Rosicky no acertaron en convertir, el Chelsea despertó y recordó a todo el Fly Emirates que también él estaba en el partido. El cañonazo desde veinticinco metros de Wrigth-Phillips, que solventó con seguridad Almunia, sirvió de acicate y como por arte de magia, los blues pasaron a dominar el centro del campo. El entramado formado por Cesc, Flamini, Rosicky y Hleb bajaba sus enteros, mientras que Lampard le metía la intensidad al partido, que se movía a impulsos.

Así, llegaba otro aviso de Sevchenko que Almunia acertaba a despejar con una gran estirada. Entonces el Arsenal resurgió al más puro estilo latino, al toque. Pareció por momentos la naranja mecánica, donde Fábregas y Flamini ejercían de maestros de ceremonia. Sólo un despeje o pelotazo en toda la primera parte, y al final, tras una gran jugada entrelazada que Paulo Ferreira cortaba para mandar el esférico a córner, Cech se comía el saque de esquina botado por Cesc, y Gallas, que ganaba la partida a Ben Haim, remataba a puerta vacía. 0-1 en el minuto 47 de la primera parte. Un gol de esos que se llaman psicológicos.

Por ello, parecía que el Chelsea salía a morder en la segunda parte, que se echaría hacia delante para intentar corregir la afrenta de antes del descanso, y así fue. Salió a por todas, pero el equipo de Nothing Hill sólo creaba peligro cuando el Arsenal le dejaba. El primer cuarto de hora de la segunda parte volvió a ser de los Gunners, que pudieron sentenciar en dos buenas ocasiones de Van Persie, que salió por la lesión de Eboué en el minuto 69.

La defensa del Chelsea hacía aguas. Sin Terry, lesionado en el 38 de la primera parte, Cech se enfrentaba, sólo ante el peligro, a las hordas cañoneras que llegaban desde la otra orilla del Támesis. Así que Avram Grant decidió jugársela. Makelele, el otro puntal defensivo de los blues, dejaba su sitio en el campo a Claudio Pizarro -delantero peruano recientemente sancionado por su federación por salir más de la cuenta- por lo que el Chelsea debería ganar en pegada y en peligro.

Y así fue. Durante diez minutos el Chelsea azotó la puerta de Almunia. Sevchenko, Wright-Phillips, Obi Mikel y Joe Cole quisieron hacer la guerra por su cuenta, buscando el gol siempre en acciones individuales y sobre todo siempre alejados del área. Eso facilitó las mucho las cosas al portero navarro, que realizó una actuación muy sobria, sin fisuras, demostrando la calidad que España atesora en la portería (ahora suena como posible portero de la selección inglesa).
Con el Chelsea volcado llegaron, en la última fase del partido, las mejores oportunidades para el Arsenal que, unas veces por el arbitro, otras por fallos de Van Persie, Adebayor, Cesc o Rosicky no sentenciaron el partido, pese a marcar dos goles que fueron anulados. El primero por fuera de juego de Rosicky, que luego sirvió en bandeja para Van Persie que remató a gol, y el segundo de Adebayor, que en pugna con Ben Haim –vaya día el del israelí- se zafó de él y batió por bajo a Cech, pero el árbitro le indico una falta que sólo el vió.

Las contras del Arsenal mostraban una superioridad aplastante. Dominio que sólo pudo sacudirse el Chelsea con un free kick cercano a la frontal que botó Sevchenko con mucha potencia pero escasa colocación, que una vez más Almunia rechazó a córner. Tras cinco minutos de añadido, el encuentro acabó con una fea entrada de Fábregas a Ashley Cole que pudo acabar con el español expulsado, pero que se saldó con una amarilla y que sirvió para que el árbitro apuntalara con su silbato el final de un partido que vale más de tres puntos.Con esta victoria el Arsenal recupera el liderato de la Premier, seguido de cerca por el Manchester –a un punto-, que ayer derrotó al Liverpool en el otro partidazo de la jornada. Por ello, se distancian ambos equipos de Chelsea, tercero a seis puntos, y de Liverpool, que se descuelga y ya está a diez puntos del líder.

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