miércoles, 13 de febrero de 2008

El Madrid golea de la mano de Guti y Raúl

Real Madrid 7 - Valladolid 0

El Real Madrid propina una goleada histórica al Valladolid. Los de Pucela pagaron cara su valentía. Raúl y Guti se reivindican a Luís para la selección. Y un individuo lo predijo todo en la grada.

El augurio
Era el asiento número 5 de una fila 10 del lateral situado tras los
banquillos del Santiago Bernabéu. Un hombre de aspecto campechano, lucía un chándal color azul oscuro, pese a que su perfil, y la curvatura de su estómago, no delataba a un hombre especialmente dado a practicar deporte. Mascaba chicle y miraba de un lado a otro del estadio con la mirada perdida, fruto de la excitación previa al inicio del partido. Por aquel entonces, el sorteo del saque inicial se gestaba en el césped y el Valladolid decidía cambiar el campo al Madrid. Este genuino individuo, ante la osadía que supone querer quitarle el sofá al dueño de la casa y quedarse con el mando de la tele, clavaba su mirada en el técnico del Valladolid: "¡Mendilíbar!, ¡os van a caer siete como a Las Palmas!, ¡acuérdate!". Semejante acotación histórica pudo sonar a chiste en un principio a la grada blanca que aguardaba a su lado el comienzo del partido, pero nadie esbozó ni una leve sonrisa. No era una simple cábala de un loco que por ahí pasaba, y su augurio nadaba en un halo misterioso que profetizaba un final esperpéntico pero que nadie se atrevía a contradecir. La historia le avalaba: El técnico le cambió el campo hace ya seis años al Madrid antes de comenzar el partido y se acabó llevando siete tantos...

El partido
En lo meramente futbolístico, el Valladolid apostó por jugarse la paga con el Madrid, y la acabó perdiendo en ese fino umbral que separa la valentía del más absurdo de los suicidios. Se agradece que un equipo pequeño venga a jugarle al Madrid a su campo, y el fútbol debería dar recompensa a este tipo de actitudes, pero plantarle una defensa tan adelantada al Madrid es como tirar piedras a un panal de abejas y quejarse después porque te hayan picado. Entre Sisi, por banda derecha, y el sempiterno Víctor, lograron intimidar en algo al equipo merengue los primeros instantes, pero no eran más que los 5 minutos de rigor balompédico que descubren las carencias del más débil para dar paso a las virtudes del contrario. Y es que este Madrid es muy distinto al del año pasado, pero aún guarda lo mejor del libro Gordo de Capello y, además del sacrificio y el espíritu unificador de la plantilla, este equipo no se obsesiona con tener la pelota, lo que supone no venirte abajo aunque no tengas la propiedad intelectual del juego.

Una vez superada la fase de tanteo y tonteo con el rival de turno, el Madrid recogía el tren de aterrizaje e izaba el vuelo rumbo al área contraria. Gago ejercía de amigo de todos en el centro del campo enlazando la defensa con el medio, y hacía las labores de subordinación ofensiva ante la manija de Guti. Aún permanecía cierto aire rebelde en los pucelanos, cuando Robinho protagonizaba una arrancada fugaz por banda izquierda y mandaba un balón interior a Robben, de cuyas botas nacía el pase que dejaba solo a Baptista ante Asenjo, y remataba a bocajarro para iniciar la goleada. Era demasiado pronto para cantar victoria, pero también lo era para hacer el primero, y alguna mente calenturienta (léase el primer párrafo) ya cantaba la goleada. Si el Madrid ya ganaba a los ocho minutos, y esos fueron los mejores momentos del contrario, no pueden perderse el recital que a continuación paso a narrarles, y que erige a dos grandes protagonistas con reminiscencias epopéyicas encarnadas en la figura del guerrero Aquiles, que poseía el talento innato para pasar a la historia, pero era vilipendiado por su rey. Pasen, pasen y lean.

No voy a entretenerme en narrarles, uno por uno, cada gol de los blancos en esta goleada, que hacía tiempo que no veíamos en el Bernabéu, igual que no puede explicarse el sentimiento desatado por un reencuentro fortuito. Esta es una historia de virtudes, de talentos, donde no caben estadísticas ni números concretos. A Raúl aún no se le habían hecho las presentaciones pertinentes con la pelota del partido, pero cuando eso sucedió, dribló al portero rival y con la pierna derecha introdujo el balón en las mallas. No le hizo falta más. El capitán blanco sigue demostrando que vuelve a sus fueros, que superar la treintena no implica un desgaste físico mayor. Pero lo que es más evidente, que lo de Luís Aragonés con él, es caso aparte, y ya no se entiende que Raúl no vaya a la selección si no es por una mera cuestión personal del seleccionador. Pero el siete no es el caso más sangrante.

En ese mismo gol. Y en el anterior. En el siguiente y también en la jugada del penalti. El quinto fue suyo. También el sexto y, cómo no, en el séptimo y último tanto del partido también participó. En todos ellos Guti dejó su olor. Y no hablo de un simple y llano robo de balón, o un toque de lado a lado para dar continuidad al juego, no. Guti mandó de principio a fin, rozó lo impecable en cada acción. Y ya es una más. No solo hizo dos goles de bella factura, (uno de ellos solventando un mano a mano y el otro colando el balón por la escuadra impactando antes en el poste), sino que llevó la batuta del equipo de una forma soberana. Y si eso fuera lo mejor… pero el de Torrejón se inventó dos pases, uno en cada mitad, sencillamente suntuosos. Vale que su carácter rebelde le convierte en un animal potencialmente peligroso para un Mundial, me consta que no es un jugador carismático y que peca de irregularidad en algunas fases. Pero considerar que Guti no es uno de los 22 mejores jugadores de este país no es sólo una ofensa al propio jugador sino un serio agravio al fútbol.

Del resto del partido se pueden sacar algunas concusiones más. Que Soldado pudo jugar, probablemente, su último partido en Liga con el Madrid. Cosas de Schuster, quién sabe. Que Casillas se empeñó en dar un ligero toque de emoción con un fallo garrafal, hasta en esto es bueno, ya que elige partidos sentenciados para errar. Y, otra conclusión, que para que falle Casillas, primero han de pasar por Ramos, que no es quitarle un caramelo a un niño. Por mucho que Cannavaro sea balón de oro, capitán con la selección Italiana y campeón del Mundo. Aunque lo trajeran para ser el coronel de esta defensa madridista, lo cierto es que el Sevillano ha demostrado sobradamente que es capaz de aunar muchas más medallas en su solapa. Pero son cosas baladíes, retomen el párrafo anterior y piensen: ¿Qué tipo de selección queremos?

No va más
El partido acababa en el Bernabéu antes de tiempo. Y no es que al árbitro le visitara en el acto casi carnal, que es ver jugar a Guti, un espíritu piadoso con los de pucela y decidiera acabar antes de tiempo. El partido moría en la grada cuando, al caer el séptimo, el profético personaje de esta historia decidía levantarse de su asiento: “¡Mendilíbar!... ¡siete!, ¡te lo dije!, ¡siete!”. Y acto seguido se marchó… y con él, una cuarta parte de la gente que se sentaba cerca de él, y que el ambiente y la cercanía les permitía escuchar sus predicciones. No sé si viene de antes, o si tan solo fue una caprichosa casualidad que hizo noche en este peculiar personaje, pero lo cierto es que la gente dio por terminado el encuentro en cuanto él se levantó de su silla, y puso rumbo a casa ocho minutos antes. Hay quienes mandan en el campo, como el de Torrejón, y quienes lo hacen fuera de él. Esperemos que este segundo caso no corra en su vida la esquiva fortuna del que posee un talento incomprendido, y que durante toda su vida le ha tocado vivir al catorce madridista.

2 comentarios:

Fran dijo...

Muy buena Javi, realmente buena. No me canso de augurarte un futuro como uno de los mejores cronistas del Real Madrid que he leído o que leeré.

Javier Coloma dijo...

Gracias Fran. Tus palabras de aliento en cada uno de mis escritos me animan a seguir escribiendo y esformzarme en mejorar cada dia un poquito.