domingo, 10 de febrero de 2008

La Corona es para Rudy

TAU Vitoria 80 - DKV Joventut 82

El Joventut se hace con su 8ª Copa del Rey. Rudy, la estrella: 32 puntos y segundo MVP en una fase final. El TAU cae con honor ante su público. Aíto es el rey de copas, 5 en su palmarés.


Ya en los prolegómenos se apreciaba el olor a final de las buenas. El Fernando Buesa Arena lucía sus mejores galas y el cartel de "no hay billetes". La afición vitoriana se agolpaba en las butacas deseosa de celebrar un nuevo título copero y, esta vez, en casa. Los 700 badalones que se desplazaron a Vitoria derrochaban ilusión. La ilusión de tocar de nuevo el cielo con las manos, volver a sentir lo que es ganar un trofeo nacional, once años de sequía eran demasiados para la Penya.

A las 6 de la tarde el partido daba comienzo con los mejores sobre el parquet, Rakocevic y Prigioni dirigían la orquesta del juego baskonista y la doble R, Ricky-Rudy, saltaban a la cancha con su veneno mortal, dispuestos a aniquilar a otro enemigo más tras acabar con Pamesa y Real Madrid.

Los primeros minutos transcurrían con igualdad, con una mínima ventaja verdinegra tras dos triples del versátil alemán, Jagla. La fuerte defensa en zona que ordenaba Aíto creaba problemas a los anfitriones. Sin embargo, a la vez que Rakocevic calentó su muñeca, despertó la motivación del TAU. Antes de acabar el primer cuarto ya los vitorianos le habían dado la vuelta al electrónico (14-13). Primeros diez minutos de imprecisiones, nervios y "calentones" como el de Rudy Fernández con Mickeal. En la Penya no pintaban bien las cosas: Rudy no parecía tener su día y Ricky Rubio no conseguía encontrar los huecos en el ordenado contrario, lo que provocaba recurrir al perímetro con escaso acierto.





El segundo cuarto empezó con un asedio local que hacía presagiar una escapada. Mickeal y McDonald dominaban en la pintura y Muoneke armaba el brazo desde el exterior (25-16). La Penya no anotaba desde dentro y registraba un paupérrimo 2 de 13 en triples. Justo en este momento, cuando el Joventut llevaba sólo 3 puntos en el cuarto, emergió la figura del partido. Rudy se echó el equipo a la espalda y comenzó su exhibición de triples, mates y fintas imposibles. Su socio Ricky despertó a su lado con un par de canastas estratosféricas. Un Mickeal perdido en protestas (le señalaron una técnica) ayudó también a que el DKV se mantuviera enganchado al descanso (33-30).





La segunda mitad empezó con un triple de Rudy. Su equipo parecía enchufado de nuevo desde la línea de 6'25 tras dos más de Mallet y Ferrán Laviña. Sólo Prigioni e Igor Rakocevic eran capaces de mantener al TAU ligeramente por delante (58-55). Lo de Ricky Rubio merece un capítulo aparte. Este chico lleva una progresión de estrella. No estuvo muy acertado en la faceta anotadora pero en su especialidad es letal. Es el carterista del baloncesto, un pulpo que con sus tentáculos se hace con la pelota en un abrir y cerrar de ojos. Si no, que le pregunten a Prigioni.





El último cuarto se presentaba apasionante. El TAU seguía por delante con sus hechuras de gran equipo que da la cara en las citas importantes. Los del técnico Spahija son un bloque sólido y la hinchada baskonista volcada a su favor hacía del Buesa Arena un infierno. Pero Rudy Maravilla no se asusta ante nada ni ante nadie. Valiente, aceptó el reto de sacar a su Penya de las tinieblas y a base de efectividad impoluta en el tiro libre, jugadones individuales y bombas inteligentes desde su casa puso a su equipo por delante (62-64) con 5 minutos para el final. El B-52 verdinegro pronto volará a los Estados Unidos para triunfar en la mejor liga del mundo. En las filas del TAU, Teletovic estaba empeñado en aguarle la fiesta con 3 triples consecutivos que ponía el partido en tablas (74-74). Una pérdida de balón del eterno capitán baskonista, Vidal, desembocó en un contraataque que culminó Rudy machacando el aro rival y culminando el asalto de los corsarios verdinegros al Buesa Arena. Quedaba lo mejor: últimos 60 segundos en los que una brillante defensa zonal de los de Aíto dio paso a dos tiros libres decisivos (77-78). El que debía ir a la línea era Ricky Rubio. Sí, el chavalito de 17 años tenía que jugársela. ¿Le podría la presión? Pues no, la bisoñez que se le suponía se esfumó con dos puntos vitales. Qué barbaridad, es un hombre escondido en un cuerpo de crío. Un lanzamiento teledirigido de Teletovic lo escupió el aro y, tras rebote del DKV, falta a Mallet y dos tiros más. El banquillo de la Penya saltaba de alegría, estaba hecho. El base los anota (15 puntos en un buen partido). Un triple final de Prigioni no impidió la debacle en el Buesa Arena (80-82).





No pudo ser, el TAU no consiguió su cuarta Copa en año par, tradición que empezaba a asentarse. La miel del triunfo iba camino de Badalona. Una ciudad que respira baloncesto y que, once años después, saborea el éxito. Un entrenador, Aíto García Reneses, el coleccionista de títulos. Un héroe, Rudy, que con 32 puntos vuelve a ser MVP como en 2004. Un equipo que practica un juego sublime y que despierta mucha simpatía por fin obtuvo una alegría. Badalona tiene un nuevo Rey, Rudy Fernández. Larga vida al rey.





No hay comentarios: